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Monday, October 03, 2011

Las inquietantes tres fuentes para el contagio de los mercados.

El viernes último (30 Sept) hubo [ventas de] liquidación en todo el mundo, fue un final apropiado para un mes miserable y un trimestre horrible para los mercados de valores.

La pérdida de 14,3 % trimestral del S&P, un índice ampliamente seguido por el mercado de valores más grande del mundo, fue su peor desempeño desde el cuarto trimestre del 2,008 - un presagio particularmente malo, dado el colapso del mercado adicional que se siguió en el primer trimestre del 2,009 y que llevó al mundo al borde de una depresión económica mundial. Mientras tanto, las narrativas de mercado y económicas están dominadas aún más ahora por palabras tales como alarma, ansiedad, preocupación y, para citar el último comunicado de la FED, “significativo riesgo a la baja”.

¿Es todo esto una exageración? ¿Están los mercados atrapados en un ciclo de miedo irracional que se auto-alimenta a si mismo? ¿Es la volatilidad, incluidos los llamativos cambios intra-day, sólo una head fake? [1]

Por mucho que nos gustaría decir que sí - después de todo, los balances y cuentas de resultados de las empresas multinacionales siguen siendo una roca sólida - la respuesta es no. El sistema está enviando señales en lugar de hacer ruido. Se trata de advertencias acerca de un panorama altamente incierto y el rápido deterioro de la economía mundial, también, que se lamenta la formulación de políticas asombrosamente ineptas en muchas de las economías occidentales.

Sabemos exactamente como se sienten muchos. En un evento la semana pasada en Washington, le preguntaron a un practicioner sobre sus sentimientos acerca de la economía global. La respuesta fue: "entre preocupado y atemorizado."

Preocupa que, en ausencia de un cambio radical en las políticas en América y Europa, las cosas vayan a empeorar antes que mejorar. Hay el temor que, dada esa posibilidad, le tome años, si no décadas, reparar el daño subyacente hecho a las economías, el empleo y vida de las personas en todo el mundo.

Estamos aquí debido a la interacción de tres fuerzas distintas, pero relacionadas entre sí: un crecimiento económico insuficiente, el exceso de obligaciones contractuales, y las decepcionantes respuestas de la política. El resultado es que las economías occidentales están atrapadas por la combinación letal de una crisis de desempleo, una crisis de deuda, y un soporte frágil en el sector bancario.

Cuanto mayor persista esta combinación, mayor será el riesgo de que incluso las partes más saludables de la economía global, y por suerte todavía hay un buen número, sean arrastradas a un período prolongado de estancamiento económico y financiero. No es de extrañar la portada de la revista The Economist de esta semana que presenta a la economía global como un agujero negro con un mensaje simple pero poderoso “Be Afraid” (ten miedo)[2].





No debería ser ninguna sorpresa que, a pesar de las bajas tasas de intereses que marcan record, las empresas con masivo dinero en efectivo prefieren mantenerse al margen de participar más plenamente en la economía global. Tampoco es sorprendente que, después de mostrar resistencia y una tremenda fuerza relativa, porque ellos venden a la gente rica de todo el mundo, incluso las acciones de gama alta al por menor hayan sido recientemente golpeadas.

Si las tres crisis subyacentes - fragilidades de desempleo, deuda y bancarias - continúan desatendidas por los policymakers (autoridades formuladoras de política económica, como los Presidentes de los Bancos Centrales), el des-apalancamiento de la economía global se acelerará en las próximas semanas y meses. Las ventas engendrarán mas ventas. La debilidad económica agotara la voluntad a pasar por aquellos con carteras sanas. Y, con el tiempo, los balances sólidos serán infectados por el crecimiento económico, y las dificultades financieras, políticas y sociales.

Sólo los policymakers, con el apoyo de políticos más progresistas, pueden cambiar esta perspectiva. Afortunadamente, ahora hay una conciencia mayor en los círculos políticos estadounidenses y europeos de la gravedad de la situación.

El temor de inminentes trastornos generalizados - lo que la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, correctamente ha etiquetado como la “dangerous phase” (fase peligrosa) - ahora debe hacer la transición en tres respuestas eficaces: inmediatos circuit breakers [3] en Europa (“muy importante y muy, muy urgente”), las reformas estructurales en las economías emergentes, Europa y los EE.UU. (“muy importante y muy urgente”), y el estímulo de la demanda en las economías emergentes, Alemania y los EE.UU. (“mecanismos puente”).

La mala noticia es que de haber sido “desaparecidos en combate” durante tanto tiempo, a los policymakers les resulta difícil recuperar el control inmediato de una economía en rápido deterioro global. Esto es particularmente cierto para Europa, donde el conjunto factible de alternativas de política está muy lejos de ser un “first best” [4]. Cada enfoque que promete considerables beneficios conlleva costos y riesgos considerables también.

Sin embargo, esta no es razón para posponer las cosas aún más. Si los policymakers siguen esperando, menor será el margen de maniobra. Mientras tanto, la insatisfacción del electorado con el proceso político continuará creciendo. De hecho, como la portada de esta semana de The Economist también señala que “hasta que los políticos realmente hagan algo al respecto de la economía mundial ... hay que tener miedo” [5].

Los mercados están en una inusual y muy incómoda posición de ser totalmente dependientes de los policymakers y los políticos. El análisis relevante de la inversión de una empresa, no importa lo bueno que sea, palidece en comparación con la importancia de que la política haga las llamadas correctas.

Frente a esto, los inversores también se mantienen cautelosos. Sí, ya hay oportunidades, pero serán aún más atractivas en el futuro teniendo en cuenta que el mundo está sujeto a la vez a una desaceleración sincronizada y de des-apalancamiento.

Los inversores deberían esperar por evidencias más fuertes de que los policymakers tienen la voluntad, la capacidad y los instrumentos eficaces para responder adecuadamente. Este es un momento en que el efectivo y los equivalentes de efectivo para los inversores con tremendas opciones como los vientos volátiles de des-apalancamiento fuerzan demasiado a los demás a las fire sales [6] (ventas de liquidación). Es un tiempo para tener paciencia. Y es un momento de consolidar los cortafuegos que limitan la difusión de la contaminación económica y el contagio financiero.




Notes:

[1]En las operaciones de mercado una head fake es cuando el mercado parece estar moviéndose en una dirección, pero termina en la dirección contraria. Por ejemplo, el precio de una acción puede parecer que se mueve hacia arriba, y todas las indicaciones a priori indican que va a subir, pero poco tiempo después cambia de dirección y comienza a moverse hacia abajo.
Las head fake son frecuentemente causadas por los market makers (creadores de mercado), quienes ofertan y demandan de tal forma que produzcan una aparente (falsa) tendencia a fin de beneficiarse de ella más tarde.

[2] The Economist, Print edition. Oct 1st, 2011.

[3] Se refiere a cualquiera de las medidas utilizadas por las bolsas de valores en las grandes ventas masivas para evitar la venta de pánico.
Después que un índice ha caído un determinado porcentaje, el intercambio comercial se detiene y se puede activar o restringir sobre las operaciones programadas. Por ejemplo, si el Dow Jones Industrial Average cae un 10%, la Bolsa de Nueva York podría poner fin a negociación en el mercado durante una hora. Hay otros Circuit Breaker de caídas del 20% y 30%.

[4] Concepto económico de que si se cumplen todos menos uno de los requisitos para el logro de una situación económica esta es la situación deseable, pero no podemos estar satisfechos, siempre es beneficioso para satisfacer a los restantes.

[5] “until politicians actually do something about the global economy … be afraid.”

[6] Una venta de liquidación es la venta de productos a precios muy rebajados, por lo general cuando el vendedor se enfrenta a la quiebra u otras inminentes desgracias. El término puede haber sido originalmente basado en la venta de bienes a un fuerte descuento debido al daño provocado por el fuego.

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